No me puedes lastimar by David Goggins

No me puedes lastimar by David Goggins

autor:David Goggins [Goggins, David]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias, Autoayuda
editor: ePubLibre
publicado: 2018-01-01T00:00:00+00:00


* * *

Después de sobrepasar la marca de los ochenta kilómetros, ya no pude seguir el ritmo de la Srta. Inagaki, que iba casi dando brincos como un maldito conejo. Seguí adelante en un estado de fuga. El dolor me invadía en oleadas. Sentía los muslos como si estuvieran cargados de plomo. Cuanto más pesaban, más se torcía mi paso. Forcé las caderas para mantener las piernas en movimiento y luché contra la gravedad para levantar los pies a un milímetro de la tierra. Ah, sí, mis pies. Mis huesos se volvían más frágiles a cada segundo, y mis dedos habían golpeado las puntas de mis zapatos durante casi diez horas. Aun así, corrí. No rápido, ni con mucho estilo; pero seguí adelante.

Mis espinillas fueron la siguiente ficha de dominó en caer. Cada sutil rotación de la articulación del tobillo se sentía como terapia de choque —como un veneno que fluía a través de la médula de mi tibia. Me trajo recuerdos de mis días de usar cinta adhesiva durante la generación 235, pero esta vez no llevé cinta adhesiva. Además, si me detenía aunque fuera unos segundos, volver a arrancar sería casi imposible.

Unos pocos kilómetros después, mis pulmones se engarrotaron y mi pecho se sacudió mientras expulsaba coágulos de mucosidad marrón. El ambiente se puso frío. Me faltó el aire. La niebla se acumuló alrededor de las farolas de la calle, rodeando las lámparas con arcoíris eléctricos, lo que dio a todo el evento una sensación de otro mundo. O tal vez sólo era yo en ese otro mundo. Uno en el que el dolor era la lengua materna, un idioma sincronizado a mi memoria.

Con cada tos que raspaba los pulmones, recordaba mi primera generación BUD/S. Estaba de vuelta en el maldito tronco, tambaleándome hacia delante, con los pulmones sangrando. Podía sentir y ver cómo sucedía todo de nuevo. ¿Estaba dormido? ¿Estaba soñando? Abrí los ojos de par en par, me jalé las orejas y me di una cachetada para despertarme. Me palpé los labios y la barbilla en busca de sangre fresca, y encontré una mancha translúcida de saliva, sudor y mucosidad que goteaba de mi nariz. Los raritos de SBG estaban ahora a mi alrededor, corriendo en círculos, señalando, burlándose del único; el único hombre negro en la escena. ¿De verdad estaban ahí? Eché otro vistazo. Todos los que pasaban por mi lado iban concentrados. Cada uno en su propio dolor. Ni siquiera me miraban.

Estaba perdiendo el contacto con la realidad en pequeñas dosis, porque mi mente se plegaba sobre sí misma, sumando al tremendo dolor físico la basura emocional tan oscura que había desenterrado de las profundidades de mi alma. Traducción: Estaba sufriendo a un nivel infernal reservado para los imbéciles que pensaban que las leyes de la física y la fisiología no aplican para ellos. Bastardos engreídos como yo que se sentían capaces de superar los límites con seguridad porque habían sobrevivido a un par de Semanas Infernales.

Vale, bien, yo no había hecho esto. No había corrido ciento sesenta kilómetros con cero entrenamiento.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.